Dedicando el tiempo a dejar pasar el tiempo. Madurez fuera del alcance de la mente

lunes, 31 de marzo de 2008

Buscando sorpresas agradables


Toda la carretera para mí, recién lavada tras la última borrasca, el sol va descendiendo de nuevo, yo conduzco hacia la oscuridad mientras lo contemplo por los retrovisores.
¿En qué reparto mi vida? ¿Trabajo, familia, amigos, tiempo libre, estudio, religión? ¿A qué debería dedicar más tiempo? ¿Qué corre más prisa? ¿Qué es aquello de lo que me arrepentiré? ¿Qué es más importante? ¿Existe la vida más allá de la vida? ¿Da igual? ¿Soy afortunado? ¿La vida es bella?
Cada uno tiene unos objetivos, quizás ni siquiera hace falta que te plantees cuáles son, lo haces con cada una de las decisiones que tomas, los valores están imperceptiblemente dentro de ti. ¿Somos esclavos de nosotros mismos?

domingo, 23 de marzo de 2008

Magia?


En medio de la noche, un cielo rojizo por el reflejo de la luz urbana sobre las nubes bajas que desprenden finos fragmentos de cristales de agua, en ese parque de grandes espacios, verdor y chorros de agua, todo blanco, mágicamente blanco, en medio del ruido amortiguado de los copos de nieve, en medio de nadie, tres patos vuelan de forma circunferencial para posarse sobre el estanque yermo.

Regresando a ninguna parte


La carretera está ligeramente húmeda, dos carriles para cada sentido, rodeados por una verja. Algún pajarillo se aparta de mi camino in extremis, un aguilucho permanece estático sobre la valla, cabizbajo, con las plumas despeinadas y húmedas. Dos perdices atraviesan acrobáticamente la carretera, cual cazas. Las bandas sonoras me recuerdan que mire hacia delante, la luz del día difumina mi concentración otrora nocturna.

jueves, 13 de marzo de 2008

Una vida con o sin mí


Sigo esperando a cambiar la luz del pasillo, fui a comprarla, pero entonces me encontré con que no sabía cómo era, dejé volar la imaginación y escogí un modelo, pero no me arriesgué.
Retiré el enganche roto de la puerta del armario de las chaquetas, así se puede volver a cerrar, pero no creo que nunca lo sustituya.
Cambié la escobilla rota del baño por la del otro, la rota la pegué, pero no creo en los pegamentos.
Encargué a mi madre que me comprara pilas para el reloj en mi ventana, me las compró, me las traje, pero todavía no las he puesto, ya no miro al reloj.
Programo con varios días de antelación cuál va a ser la fecha límite para afeitarme, fregar los platos, cambiar las piedras de Argi, ir a correr, presentar tal resumen...
Miro a mi gata cada noche, cada vez somos más desconocidos a pesar de dormir juntos.

sábado, 1 de marzo de 2008

En busca de una mirada


El anochecer ha pasado ya, me lo he vuelto a perder, todo por ese sofá pegajoso y solitario.
Me lo he vuelto a perder, todo por esa desidia, por ese respirar lento, expectante, por esa voluntad en estado stand by.
Me lo he vuelto a perder, no he visto su reflejo en los ojos de alguien especial, no he visto la sonrisa de los niños jugando en el parque apurando los últimos rayos.
Me lo he vuelto a perder, no estaba trabajando en la mesa de mi cuarto de "estudio", esa mesa llena de libros por explorar, papeles desordenados en la mesa y con el ordenador preparado para terminar esa presentación en Power Point o empezar ese curso on line.
Me lo he vuelto a perder, voy perdiendo la vida, dejando un rastro de migas, con la esperanza de volver a retomar el camino algún día, sabiendo que las migas no son buenos mapas.