Dedicando el tiempo a dejar pasar el tiempo. Madurez fuera del alcance de la mente

miércoles, 14 de enero de 2009

El sueño de la vida


El mundo palpita aunque a veces no lo veamos con nuestros ojos miopes. El mundo palpita aunque la muerte sea lo más definitivo. El mundo palpita aunque el frío lo cubra todo y la noche sea larga. El mundo palpita con cada reacción química dentro de una célula, con cada gameto que se produce, con cada vida que nace, con cada sentimiento que se percibe, con cada caricia que se comparte. El mundo palpita aunque a veces no lo veamos, no lo palpemos, no lo oigamos, no lo saboreemos ni percibamos su aroma.

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