La vida puede ser agria, sentar mal, ¿es la vida o es cómo la interpretas?
Un día te puedes sentir bien, al siguiente muy mal. Se van sumando los ladrillazos y echas la mirada arriba y clamas: ¡Dios, por qué me haces a mí ésto!
No sé si Dios es un cachondo mental o si, sin comerlo ni beberlo, se ha de encontrar con la disyuntiva de dejarte al libre albedrío o soltarle un agujero a tu cinturón.
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