Dedicando el tiempo a dejar pasar el tiempo. Madurez fuera del alcance de la mente

sábado, 9 de junio de 2007

La promesa del mañana


Y te levantas cansado un día más, todas las cosas pendientes de ayer las tienes para hoy, piensas que vas a hacer mucho, que dentro de poco te pondrás al día, al final nuevos viejos imprevistos, el tiempo fluye rápido, más rápido; los de tu alrededor te comprenden, pero no piensan en lo mismo que tú, no sabes en qué piensan, al final tus pensamientos aburridos te aburren, no piensas, entonces te preguntan qué tal estás y tú vuelves a soltar esa cantinela de cosas que te agobian y que has repetido una y otra vez a lo largo del último mes, esa cantinela que cada vez es más larga, que cada vez aburre más a la gente, que cada vez te aburre más a ti, y te planteas si te puedes quejar, si le interesa a alguien oír tu queja, si te interesa a ti oír tu propia queja, si hay alternativa, si te sientes tonto o eres tonto, si los demás también piensan que eres tonto, si los demás también piensan que son tontos. Todo te da igual, todo... no todo, pero estás tan cansado que aquéllo que más te importa sólo puede disfrutar del desperdicio de ti que queda a última hora del día, a esa hora en los que la gente que te llama Dr. está cansada por hacer cosas imprescindibles en su día a día, cosas que tú casi ni te planteas, preparar comida, limpiar la casa, ya no hago esas cosas, ya no es importante, todo es relativo, ya no hay nada, todo está esperándote.

Un calor pegajoso te rodea, roba de ti lo que queda de ti, los tilos ya están en flor, es la primera vez que te percatas de ello, caminas solo, registras el dato, disfrutas del aroma. Después ya no hay nada, lo has dado todo. No hay nada de ti que pueda atraer a los demás, a los que verdaderamente te importan, a ésos a los que entregarías cada parte de ti, a ésos en los que te dejas caer en sus brazos.

25 comentarios:

Yo dijo...

Sí, conozco esa sensación de estar aburrido hasta de ti mismo. De estar siempre igual, con "tus cosas", tus agobios, tus rayaduras... y piensas: si hasta yo estoy harto de esto, no veas los demás lo hartos que tienen que estar de mí...

Mira el lado positivo, dentro de lo que cabe... tienes un "aquello que más te importa" (sea lo que sea o quién sea). Tienes un aliciente :)

Y esos que te dejan que te recuestes en sus brazos seguro que saben lo importante que son para ti y, oye, no sé si les atraeras (no sé exactamente de qué tipo de cariño estás hablando) pero quererte fijo que te quieren y mucho. Si no no te abrazarían cuando caes rendido en esos brazos :)




Los que te quieren seguro que no piensan que eres un "plasta", así que no seas bobo y no te preocupes :). Eso nos pasa a los dos por pensar demasiado...

Marga. dijo...

¿Un viaje?¿una cerveza?¿el sol?¿el perfume de tu chica?¿un concierto?¿el color azul?¿una canción de u2?¿las fresas con nata?¿el principito?¿una tarde en el cine?¿san juan en la playa?¿las olas del mar?¿los helados de limon?

Anónimo dijo...

Hola zaca, escribes: "cosas que tú casi ni te planteas, preparar comida, limpiar la casa, ya no hago esas cosas, ya no es importante, todo es relativo, ya no hay nada, todo está esperándote"

Tienes razón, creo que los médicos estáis demasiado endiosados como para pararos a pensar en la rutina y los problemas de la gente de a pie.

Yo no tengo a nadie que me limpie la casa (si tu no la tienes, con el tiempo la tendrás), estoy realmente fastidiado con mis 850€/mes y mi mayor preocupación es la hipoteca. Por ella de vez en cuando tengo que pedir dinero a un familiar (que es médico por cierto)

A veces pienso que está en otro planeta, parece el ombligo del mundo, como si no existiera otra cosa que medicina. ¡Qué felicidad ganar 2500€/mes como él! ¿Seguro? No, no los disfruta, no tiene tiempo para ello.

Esto está mal pensado, el que tiene dinero no dispone de tiempo para disfrutarlo mientras que el no lo tiene dispone de todo el tiempo del mundo para soñar que haría si lo tuviera.

Firma: "el duende"

Zaca dijo...

Gracias Yo, realmente no sé si la gente me aguanta, no sé si la gente me sujeta cuando me lanzo a sus brazos, pero vamos, tú eres única dando ánimos, gracias por "tus brazos".
El mañana está lleno de promesas, pero a veces la playa está muy lejos, el concierto es un desierto de personas, el helado de limón es agridulce, tus naipes son perdedores.
Mi casa está sin barrer, mi ropa sin lavar, mis platos en la fregadera, no tengo hipoteca, ni familiar médico, no estoy endiosado, a veces pienso que no puede haber Dios, otras que Dios sólo hay uno, la medicina no es mi mundo, es mi pesadilla, es mi medio.

Yo dijo...

Puedes contar con mis brazos cuando sea que los necesites :)

Y es verdad, hay veces en que todo lo ves negro. Yo casi siempre lo veo todo negro, ya me hace hasta gracia. Tengo una extraña "habilidad" pa ver todo lo malo de lo que sea y, si no lo tiene, yo se lo busco. Y no me cuesta trabajo, me sale solo. Eso en lo que nadie piensa. Eso que a nadie se le pasa por la imaginación, pues así soy yo... Y entonces... hasta los helados te parecen agridulces :P

Zaca dijo...

Se me ocurre que si eres una experta encontrando el lado negativo a las cosas, con un pequeño prisma, también verás las cosas positivas de las situaciones más funestas. Si ves más cosas que los demás, igual disfrutas más de la realidad.
Brazos para poder contar, ¡uff!, ten cuidado que yo me dejo caer en plan peso muerto.

Yo dijo...

Jajajaja me ha hecho mucha gracia eso de "dejarse caer en plan peso muerto" jajaja. ¡Yo también lo hago!. En el sentido más literal de la expresión XD (así que que sepas que no me das miedo :P)

De por sí soy muy de dejarme de caer, me encanta abrazar y que me abracen, pero cuando estoy cansada de andar o de aguantar de pie en un sitio y hay confianza con el que sea que esté, allá que me abrazo o me cojo de su brazo dejando caer tooodo mi peso jeje.

Es cuestión de "equilibrio". Yo me apoyo, el otro se apoya y, quieras que no, parece que el peso se reparte. O será que la agradable sensación de quedarme abrazada por un buen rato hace que me olvide de lo cansada que estoy...

Anónimo dijo...

Espacio solo espacio, sin problemas a la vista eso es el horizonte. Sin embargo el mar no esta quieto va y viene, viene y va.

Zaca dijo...

El horizonte sirve para relajar la vista, dejar al cristalino tranquilo. Siempre hay problemas a la vista, una amiga mía dice que todos queremos más, que nunca alcanzaremos la plena felicidad; si no, estaríamos muertos; yo le diría: cierra los ojos, disfruta, olvídate de todo, decide qué es lo importante, pide un deseo, disfruta de la felicidad.
Así que puedes dejarte caer a plomo sobre otro siempre y cuando tengas confianza y consigáis repartir las cargas, conseguir el equilibrio. Creo que metafóricamente es más fácil, pero yo si eso lo intento.

Yo dijo...

Hombre, yo sinceramente no creo que tus amig@s te fueran a negar un abrazo si un día estás cansado o "depre" y vas a abrazarte o a apoyarte en ellos. Así que no pierdes nada con probar ;). Si no, me lo dices que yo te dejo mis brazos virtuales para que te apoyes o para que tiren de ti cuando caigas :). Un besito, que llevo ya lo menos 3 comentarios y aún no te he mandado ninguno :P

Zaca dijo...

Una amiga que me conoce bien, me ha dicho varias veces que soy mucho más cariñoso de lo que dejo translucir, la verdad es que no me había dado cuenta.
Va a ser verdad, no me veo yo abrazando a mis amigos así porque me encuentre mal, "soy más fuerte que éso". Si les dijera: me encuentro mal, ¿me das un abrazo?, yo creo que les daría un jamacuco.
Tenía muy compartimentada el área del "contacto físico" para la familia y los muy próximos. Tener que dar dos besos a una chica cuando me la presentaban era un suplicio, ahora no se me da bien, pero estoy mejorando.
Ya contaba con tus brazos virtuales, muchas gracias y besos; ah, tú también puedes contar con mis brazos huesudos.

Yo dijo...

Jajajajaja halaaa ¿tienes los bracitos huesudos? jajaja vaya metedura de pata entonces con aquel comentario. Perdona :(. En cualquier caso, sí que es cierto que me parecen más cómodos los más mulliditos. Te dejas de caer y siempre "caes" bien. En los huesudos lo único que pasa es que tienes que buscar el "hueco" para no clavarte nada, pero tampoco es algo relevante ni trascendental :). Acepto encantada tus brazos huesudos :P

A mí antes también me costaba mucho. En casa sí que soy pegajosa. Pero con la gente de fuera no lo era mucho. Conocí a alguien que se mostraba siempre muy cariñoso conmigo. Venía y me abrazaba o me daba besitos por las buenas o cuando intuía que estaba mal. Sin decir nada. Y era algo que me parecía entrañable y de agradecer. Sientes como que siempre tienes a alguien ahí. De modo que me fui acostumbrando un poco a eso. De manera que cuando me daba un bajoncillo y no andaba cerca, iba y se lo daba yo. Sin decir nada también. Sin pedirle permiso. Sólo le abrazaba, me lo devolvía y me sentía mejor.

Desde entonces creo que me cuesta menos ser cariñosa con la gente. Hombre, no con todo el mundo, claro. Por eso te decía que siempre que tengas cierta confianza... Cuesta muy poco ser agradable con la gente, prestar un hombro o unos brazos y decir alguna palabra amable de vez en cuando y, en cambio, pueden hacer mucho bien al que lo recibe. Y a ti mismo. Es bonito saber que hay quién se apoya en ti cuando está mal. Y que pudiendo irse a contarle sus penas o lo que sea a otra persona, o bien, guardárselo para sí mismo, te ha elegido a ti porque confía en ti. Porque, de alguna manera, eres importante para él/ella, porque te aprecia.

Zaca dijo...

No soy especialmente huesudo, más bien atlético diría yo ;), así que no te preocupes.
Yo he tenido varias amigas a las que podía acudir cuando me encontraba mal sin ni siquiera decirles que estaba mal; amigas, probablemente por el problema que tenemos los chicos de no mostrarnos débiles delante de los demás amigos. El problema está en que los cambios de residencia o de circunstancias han hecho que ahora no sepa bien a quién abrazar.

Yo dijo...

Vaya... bueno, seguro que cuando vayas conociendo un poco más a la gente con la que te rodeas ahora sabes a quién puedes abrazar y a quién no :)

Un besito.

Zaca dijo...

Una vez un amigo mío estaba muy, pero que muy fastidiado porque le había dejado la novia, casi rozaba la enfermedad. Yo no le comprendía (nunca había tenido novia), me pidió si le podía acercar en coche a la facultad de ella porque, aunque era tarde, quizás la veía. No me importó acercarle y esperar a ver si había suerte, pero como era de esperar era demasiado tarde. Entonces este amigo me preguntó si podía quedarse a dormir en mi casa. Yo me quedé atónito: ehh..., bueno..., si tú quieres..., vamos que la idea no me hacía mucha gracia. Vino a mi casa (yo vivía/vivo solo), cenamos juntos, yo dormí como siempre y él... creo que él estaba demasiado triste como para dormir.
Es curioso cuán insensible fui en aquel entonces, cuán egoísta. Mi amigo está teniendo una vida muy completa y muy feliz y quizás siempre estará agradecido conmigo por aquella noche que pasó en mi casa cuando se encontraba mal.
En mis clases de "Sexualidad y fertilidad humana", no te rías de mí, me enseñaron que las mujeres cuando tenéis un problema tenéis que exteriorizarlo, contarlo. En contraposición los hombres, nos metemos en nuestra gruta profunda para que nadie nos vea, para intentar solucionar el problema nosotros solos.
Creo que debería llevar un cartel: "dame un abrazo".

Yo dijo...

No me reiría de ti, bobo. Es más, creo que lo que te enseñaron es cierto. A mí me cuesta un poquito soltarme y contar cosas aquí donde me lees ;). Por aquello de que suelo pensar que nunca te puedes fiar del todo de la gente. Y que al abrirles tu corazón te vuelves vulnerable. Después, si quieren hacerte la puñeta saben perfectamente qué tienen que decir o hacer. Saben en qué llaga meter el dedo.

En cambio, sí que es verdad que últimamente parece que voy mejorando e intento abrirme un poco. Es bonito sentir que alguien te escucha, te apoya, te anima... y suele venir bien. Te desahogas, tienes un punto de vista más objetivo que el que tienes tú de la situación, te pueden dar una opinión (que podrás o no aceptar), hacerte ver la situación desde otro ángulo en el que no habías caído... Y si puedes hablar el "problema" o lo que sea que te pase con la otra parte implicada en el ajo, mejor que mejor. Cuántas veces se hace una montaña de un grano de arena por un malentendido...

Yo creo que lo difícil es saber a quién abrirle tu corazón y a quién no. Pero el compartir tus cosas con alguien que para ti es importante (ya sea pareja, amig@s, familia...) es siempre bonito. Es más, creo que si la gente tuviera alguien de verdad a quién contarle sus cosas los psicólogos las pasarían canutas... (y no pretendo quitarles mérito ¿eh?)

Yo dijo...

Por cierto, un abrazo ;)


O dos, o los que necesites :)

Zaca dijo...

Las personas que podrían hacerme daño, no me harían daño.
Quizás sea infantil o haya tenido suerte o sea bueno escogiendo a la gente, pero yo creo que todo el mundo es bueno, nadie quiere hacerte daño, para muchos no eres tan importante como para éso, para otros eres demasiado importante. Las personas "malas" son extraterrestres, haberlas hailas, pero realmente no se si son personas, quizás solamente estén enfermas: necesiten un psiquiatra (barriendo para casa).
Gracias por tus abrazos, gracias por "escucharme".

Yo dijo...

No me refería a personas malas por definición. Sino a un momento concreto, hacerte daño de cara por ejemplo a que un día, por el motivo que sea, tengas una pequeña discusión con ellas y te suelten una puya. En caliente se pueden decir cosas muy hirientes si conoces bien a la persona con la que discutes en ese momento. Después se arrepienten y tal, pero ya lo han dicho. Eso era lo que quise decir :)

No me tienes que dar las gracias ni por los abrazos, ni por leerte ;). Me gusta "escucharte" :)

Zaca dijo...

Te puede dar vergüenza contar determinadas cosas, pero si no te avergüenzas de ello, es difícil que te hagan daño; "dos no discuten si uno no quiere", cuando estoy en buena sintonía conmigo mismo es difícil discutir conmigo, soy súper aburrido.

Yo dijo...

No es ya motivo de vergüenza o corte, no sé... también puede ser que no te sientas muy orgulloso de algo que hiciste mal en un momento dado, algo que dijiste o no dijiste, que hiciste o que no hicieste y que, alguien que te conoce y sabe que te sientes mal o culpable por ello en un momento de "calentamiento" te lo suelta o reprocha.

Tampoco soy yo mucho de discutir, depende de cómo me coja el cuerpo. Hay veces que pienso eso que dicen de que no hay mayor desprecio que el de no hacer aprecio.

Zaca dijo...

Qué retorcidos somos, nos encanta saber de los demás, la información es poder y en cuanto nos dan una oportunidad, lo empleamos.
Aún así compartir cosas con los demás creo que merece la pena, esa "confesión" hace que te sientas más liviano.

Yo dijo...

Juraría que dejé un comentario en esta entrada que venía a decir que no creo que seamos retorcidos y que aprovechemos lo que sabemos de los demás para usarlo en su contra en algún momento. No con ese fín, quiero decir. Pero sí que, a veces, cuando discutes con alguien, suele pasar que se recurre a cosas que se saben y que igual ni sientes pero que sólo lo dices con ánimos de hacer la puñeta en ese momento... ¿No te lo han hecho nunca?. Si es así me alegro... porque a mí algún que otro golpe bajo me han dado...

Y sí, aún así creo que merece la pena compartir cosas con los demás. No ya sólo por sentirte liviano, sino porque es bonito hacer partícipes a los demás de nuestras cosas, de nuestras inquietudes, preocupaciones, alegrías... Es también una forma de demostrarle a los demás que confías en ellos, que los quieres y aprecias y que cuentas con ellos para las cosas buenas y las malas. Y eso creo que es muy bonito ¿o no?

Anónimo dijo...

Sí es muy bonito; querer a los demás es compartirse a sí mismo, ofrecerse y... que te cojan, claro.
Entonces los golpes bajos duelen, sí me lo imaginaba; la verdad es que me da miedo enfadarme, no suelo estarlo porque el que más acaba sufriendo soy yo.

Yo dijo...

Sí, que te cojan claro.

Enfadarse con alguien a quién quieres es muy jodido. Estás mal por ti y por la otra persona que sabes que tampoco lo está pasando bien con la situación. En mi caso me afecta más "la otra persona" que yo, creo. Me duele ver caras de pena, tristeza o decepción... y saber que, en alguna medida, está así por mi culpa...