Dedicando el tiempo a dejar pasar el tiempo. Madurez fuera del alcance de la mente

lunes, 16 de abril de 2007

Querer amar


¿Qué es "querer"? Querer es desear (lo mejor para el otro), querer es sonreír (cuando le ves feliz), querer es compartir (tu tiempo con el/ella), querer es pensar (en el otro quedándote mirando al techo), querer es ver (virtudes en los defectos), querer es vivir (pensando en el otro), querer es percibir (ansiedad al tener que separarte de él/ella), querer es estar (en el paraíso cuando rozas su mano, cuando hueles su pelo), querer es sentir (por dentro el calor de un anochecer cuando ves al otro). ¿Por qué nos cuesta tanto decir "te quiero"? ¿Cuál es la diferencia entre querer y amar?

lunes, 9 de abril de 2007

Fragilidad


¿Conoces a los demás? ¿Te conoces a ti mismo? ¿Se conocen los demás a sí mismos? ¿Puedes cambiarte? ¿Quieres cambiarte? ¿Qué quieres de los demás? ¿Qué quieren los demás de ti? ¿Puedes quererte? ¿Pueden quererte? ¿Puedes amar?

El fino equilibrio


Y vuelve a anochecer, los rojos, los violetas, ese último rayo, las nubes; después nueva tanda de lluvia tormentosa.

Tenemos un gran agujero en el interior, un agujero que no, nunca vamos a conseguir llenar, ni como personas, ni como especie. Vamos caminando, incompletos, con miedo a tropezar, un miedo patológico, miedo a que ese pequeño traspiés sea la primera manifestación, la manifestación más clara de nuestro fracaso. Y nos vamos encontrando con el dinero, con el trabajo, con el amor. Vivir, vivir como queremos, un sinfín de quejas absurdas. El dinero lo percibo como algo inmaterial, algo no palpable; no lo quiero medir, sólo quiero que no se acabe. El trabajo, yo lo elegí, lo malo no es ir allí y hacer lo que puedes, lo malo es que siempre está ahí, cuando disfrutas, cuando duermes, cuando te jubilas, cuando te mueres. El amor, es una moneda: la cara, la cruz, el canto; la moneda está siempre dando vueltas y de vez en cuando ves un resplandor, intuyes un símbolo, y cae y sigue rodando y te golpea en el zapato y tienes que volverla a lanzar o te quedas sin moneda o coges otra del bolsillo o decides que no quieres seguir jugando.

lunes, 2 de abril de 2007

El agua me salpica


Y el riachuelo crece, crece y se desborda; pero es primavera y estás alegre, puedes con todo, pero la realidad te dice que no, que hay cosas con las que no puedes. Pero querer es poder, ¿entonces no quiero? Va a ser que no hay verdades absolutas, no para los humanos.

Primaverando


Otro domingo más vuelvo a la ciudad en donde vivo, vuelvo a mi vida; sí, es como si tuviera dos vidas, yo aquí soy muy diferente de yo en casa de mis padres, los escenarios y los actores son tan distintos que yo me vuelvo distinto, y en ambos escenarios mi yo interior es el mismo y en ambos escenarios disfruto o al menos lo intento; esta dicotomía es interesante, si tienes dos mundos, siempre te puedes agarrar al otro si uno zozobra.
Cojo el coche y algo es diferente, ya lo fue el domingo anterior: el sol próximo a ocultarse en el horizonte se refleja en mis retrovisores y yo no sé si admirar lo que se ve a través de ellos o centrar mi atención en las líneas que delimitan la carretera. Han cambiado la hora, llega la primavera.
La primavera lo inunda todo de calor, de color, de vida. Las perdices vuelan juntas de dos en dos, los riachuelos cantan alegres con el agua del deshielo, las matas de arañones se vuelven blancas por sus miles de flores, inundan el ambiente de un plácido aroma. Imaginaros ser primavera, qué responsabilidad, y si lo haces peor que el año pasado y si no te superas una vez más.