15 días con un objeto negro cual mosca metido en el bolsillo de mi bata, de mi pantalón, de mi pantaloneta, encima de mi mesilla, junto al móvil, junto a las llaves, junto a otro objeto negro.
Hoy lo he sacado de mí, pero no de mi cerebro. Busco su tacto, me siento raro. Ahora tengo que convencer a todo mi ser: olvidate de él.
No zumbó cuando estuve corriendo, no zumbó cuando estuve con amigos, no zumbó cuando estuve con Dios.
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