Después de casi un mes de ausencia, mi chiquilla vuelve a mi hogar, vuelve a tener que compartir su vida conmigo, a al menos intentarlo, porque ambos somos muy difíciles de ver.
Las despedidas son duras; los hasta luego, se llevan mejor.
Dedicando el tiempo a dejar pasar el tiempo. Madurez fuera del alcance de la mente
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