Dedicando el tiempo a dejar pasar el tiempo. Madurez fuera del alcance de la mente

lunes, 5 de febrero de 2007

Donde os reunáis dos o más en mi nombre...


Cuando era pequeño, iba a la Iglesia por obligación, esperaba a la cuenta atrás para volver a casa. 3: echar dinero, 2: dar la mano, 1: ir a comulgar.
De un tiempo a esta parte disfruto en misa, no en todas por igual, hay parroquias más y menos propicias para el disfrute. Que se acabe la misa ya no me gusta, es el fin de esa burbuja de comunicación y armonía.
¿Qué me está pasando? ¿Soy más pecador? ¿Se desarrolla tu componente religioso conforme vas creciendo? ¿Mis padres ya no me protegen, tengo que acudir a alguien? ¿Tengo más cosas por las que suplicar? ¿Soy un marginal y durante esos momentos me siento comunidad, aceptado, no juzgado?

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